Escribe Mg. Christian Pérez Sánchez, Director de la Escuela de Administración de Negocios Internacionales – UMA
Se puede decir sin lugar a dudar, que la crisis peruana empezó desde su época republicana, donde los gobiernos se enfocaron en un desarrollo centralista, nada diversificada y conformista, llegando a su punto álgido hasta finales de la década de los 90, donde el Perú había llegado a su ocaso final y necesitaba urgente serias reformas, usando los mecanismos económicos actuales y como referente teníamos a Chile y su ejemplo de expansión económica.
No todo fue fácil, el pueblo estaba cansado de vivir constantemente en inflación y terrorismo, los cuales ahuyentan cualquier tipo de inversión del extranjero al País.
Fue así que se dio un gran impulso a la lucha antiterrorista y combatiendo la inflación con la apertura de una economía neoliberal (copiado, mejorado y adaptado a la realidad peruana), combatiendo antiguas creencias políticas y económicas que bloqueaba los intentos de desarrollo y crecimiento impulsados desde el Ministerio de Economía.
La población en su mayoría acepto y comprendió que para salir del caos económico era la única forma y lo acepto.
Y poco a poco dio los frutos deseados, resaltando en la llegada al País de inversiones extranjeras (chilenas, americanas, japonesas, etc.) Inserción financiera mundial, apertura de las fronteras comerciales, TLC (tratados de libre comercio), fomento de las exportaciones peruanas liberando de los problemas burocráticos (racionalización administrativa), aumento de la empleabilidad, diversificación de productos en los mercados peruanos que alivio a bajar los precios en los centros de abastos, lo que redujo drásticamente la inflación.
Una década inmejorable para la economía peruana donde los emprendedores peruanos destinaron su creatividad en producir productos competitivos ya no a nivel nacional, porque se enfrentaban a productos de alta calidad y precios bajos del exterior. Así se abrió un camino de crecimiento del PBI que su efecto multiplicador los vemos hasta nuestros días.
Esta etapa vino acompañada de efectos volátiles de la economía mundial que indudablemente afecto a nuestro País, pero de donde salimos airosos con poco efecto en nuestra economía gracias a la continuidad de una política económica bien manejada y responsable.
El objetivo hoy en día es aplicar reformas estructurales inteligentes para mantener el crecimiento del PBI.
Sobre el autor: Mg. Christian Pérez Sánchez. MBA, Director de Educación Continua y del Programa Académico de Administración y Negocios Internacionales de la Universidad María Auxiliadora – UMA.
Administrador de Empresas, con más de 20 años liderando equipos Financieros, Logísticos y de Ventas. Gestión innovadora orientada a generar alineamientos corporativos y objetivos empresariales. Habilidad para desarrollar liderazgo, empatía y el clima laboral. Experiencia en fortalecer planes estratégicos, nuevos mercados, consolidación de clientes-proveedores y análisis situacional.