Escribe: Dra. Elena Maisch Molina
El talento y el conocimiento son dos modelos de gestión bastante aprovechados por las organizaciones exitosas para generar propuestas de valor y ventajas competitivas basándose fundamentalmente en la capacidad para generar innovación continua.
Lo que se debe lograr es que estos modelos no sean sólo accesibles para las empresas grandes, sino que se puedan aplicar a los negocios más pequeños para hacerlos crecer y volverlos más sostenibles en el tiempo y en los entornos difíciles y complicados.
Existe la generalizada creencia que mientras más pequeño es el negocio muchas veces es más vulnerable, porque sus recursos son escasos y sus capacidades son limitadas. Esto es una verdad relativa y muchas veces errónea.
El surgimiento de los nuevos modelos de negocios escalables, que comienzan con inversiones muy pequeñas, pero con una visión muy clara y definida de lo que quieren lograr y como lo deben hacer, es un ejemplo bastante claro de que poniendo capacidades, acción y una motivación inquebrantable se pueden vencer muchos temores, resistencias emocionales, barreras y obstáculos que se constituyen en un marco paralizante de inacción.
Las claves del talento de acuerdo a lo señalado por la autora Pilar Jericó en su obra: La Gestión del Talento (2002) y confirmada en la actualización del modelo en el 2012 son tres: Capacidades que se basan en el poder hacer, Acción que se basa en el hacer buscando y consiguiendo logros y resultados y Compromiso que se basa en la motivación de querer hacer.
En el tema del talento siempre hay que vencer la preconcebida resistencia del no se puede, de que el talento es caro o de que no se fideliza porque siempre busca algo mejor, esta afirmación también es rebatible, incluso en una organización muy pequeña que podría contratar máximo a una sola persona. ¿La pregunta es a quien contrataría? Y la respuesta es obvia al mejor que pueda conseguir de acuerdo con lo que pueda pagar, al que pueda hacer el trabajo con capacidad, con conocimiento, con criterio y con voluntad ya que será como la mano derecha.
Algo similar es aplicable también cuando se buscan socios de negocio. ¿A quién buscarías como socio? Aquí ingresa mejor el modelo de gestión del conocimiento, ya que la respuesta sería al que tenga experiencia, que sepa del negocio y en el que pueda depositar toda mi confianza. Un negocio pequeño en que los socios cuentas con recursos de inversión limitados van a apostar si o si por la necesidad de conocer lo máximo posible del negocio al que dedicarán su tiempo, inversión y su futuro.
Las claves para generar y gestionar conocimiento son cinco, según los autores Nonaka y Takeuchi en su obra: La Organización Creadora del Conocimiento (1995). Como las empresas japonesas crean la Dinámica de la Innovación y en la actualización de la obra denominada: The Wise Conmpany (2019) (La Compañía Sabia) se basan en cinco condiciones que facilitan la generación del conocimiento dirigido a efectuar innovación continua en estrategia, productos y servicios.
Las claves se denominan en conjunto condiciones facilitadoras para crear conocimiento dirigido a la innovación: Intención (idea de hacer algo nuevo), Fluctuación y caos creativo (tormenta de ideas sobre la innovación) autonomía (generar un equipo autónomo para la innovación) redundancia (reiteración de que se quiere hacer algo nuevo diferente sin copiar) y variedad de requisitos (que requisitos debe tener la innovación)
El conocimiento se tiene que gestionar para generar las ideas de innovación dirigidas al producto o servicio. El conocimiento generalmente lo poseen las personas y es tácito o mental es decir no se ha expresado anteriormente en dirección a la innovación. Se tiene que volver explicito para que todo un equipo trabaje las ideas innovadoras y las vaya plasmando en una prueba, muestra o prototipo del producto innovador. Esta prueba o prototipo se tiene que sistematizar y seguir probando hasta que es aceptada y lista para ser aplicada y brindada como nuevo producto y servicio al mercado.
Los autores mencionan que las innovaciones actualmente deben ser continuas y por lo tanto los negocios para conseguir ser exitosos y sostenibles deberán buscar personas que posean la visión de que la innovación es el factor clave de la competitividad.
Una cultura organizacional que innova actúa en una espiral continua y triunfará porque tendrá la capacidad de entregar innovación incluso antes que el cliente la necesite. Como referente tenemos la innovación tecnológica que actúa a la inversa de lo tradicional: no responde a las necesidades del mercado-cliente sino las crea para que el mercado-cliente las adopte.
Sobre la autora: Dra. Elena Maisch Molina
Dra. en Psicología y Magíster en Investigación Científica (USMP); Especialista en Gestión del Conocimiento y en Gestión de Recursos Humanos por la UNMSM y la Universidad de Burdeos, Francia. Docente de postgrado en las maestrías de Dirección de Personas y Recursos Humanos de la Universidad del Pacífico, Universidad Ricardo Palma y en la Universidad ESAN. Consultora y capacitadora en temas vinculados a gestión y desarrollo de recursos humanos y trabajo en equipo, prestando dichos servicios en instituciones públicas y privadas por más de 30 años. Investigadora en las áreas de Psicología del Trabajo, Empleo y Empleabilidad,